A pesar de ser la bebida más consumida en los países desarrollados y de la popularidad de sus propiedades, existen diversos falsos mitos asociados al café. En esta entrada del blog vamos a desmontar 5 de esos falsos mitos que hacen del café uno de los productos más cuestionados para la salud:

  1. «El café te sube la tensión». Sí, pero es algo pasajero. Todos los estudios demuestran que el café provoca de manera temporal que aumente la presión arterial, pero consumir café de forma moderada no está asociado al riesgo de padecer hipertensión.
  2. «Tomar café te puede provocar un infarto». Como comentábamos en el punto anterior, el consumo moderado de café no está asociado a insuficiencias cardiacas o accidentes cardiovasculares. Es más, existen estudios que apuntan que un consumo moderado de este puede estar asociado a una menor riesgo de sufrir estas enfermedades.
  3. «El café es malo para la salud». Otro falso mito muy extendido, y es que la clave para aprovechar todas las propiedades del café es no consumir más de 300mg de cafeína al día, es decir, 3-4 tazas de café tostado o 5 de café instantáneo. De hecho, el café es rico en polifenoles, componentes antioxidantes que favorecen a la prevención de diabetes tipo 2, algunos tipos de cáncer, como el de hígado o el de colon, y el párkinson. Para conocer otras de las muchas propiedades del café puedes hacerlo desde nuestra entrada del blog: Propiedades del café en grano.
  4. «El café solo tiene más cafeína que el café con leche». No. Todo depende de la elaboración que lleves a cabo, es decir, del tipo y de la cantidad de café que uses, y de cómo de concentrado lo prepares. En general, un café largo tendrá más cafeína que uno corto, independientemente de la cantidad y el tipo de leche que le pongas. Es importante conocer que el café robusta contiene más cafeína que el café arábica. Descubre nuestra amplia oferta de café en grano.
  5. «El café me quita el sueño y no me deja dormir». Como todos sabemos, el café es rico en cafeína, sustancia que nos activa, aumentando nuestra atención y reduciendo la sensación de sueño. Sin embargo, la cafeína llega a nuestra sangre a los 30-45 minutos de su consumo, por lo que no debería privarnos de la siesta, siempre y cuando no tardemos más de ese tiempo en dormirnos. Y si no eres una persona especialmente sensible a la cafeína, puedes tomar una taza de café 4 horas antes de la hora de dormir sin el miedo a que te quite el sueño.